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domingo, 24 de abril de 2011

ESTRUCTURA FISICA DE LA MEZQUITA OMAR IBN JATTAB Y ELEMENTOS ARQUITECTONICOS





La Mezquita Omar Ibn Al Khattab es hoy, uno de los sitios de importancia para quienes visitan la ciudad de Maicao. Nativos y turistas acuden diariamente para conocer mas de cerca la belleza arquitectónica que con sutil proporción guarda la estructura que observa con autenticidad los elementos clásicos del diseño islámico. De igual manera se constituyó en un centro académico donde acuden investigadores de distintas áreas del conocimiento, universitarios y estudiantes de diferentes niveles escolares con el fin de recibir información sobre el Islam.
En su interior se percibe la riqueza espiritual y cultural que rodean a estos espacios. Las paredes, dinteles, frisos, columnas, ventanas y puertas armonizan con el Mihrab (lugar que indica la dirección de la Meca) y el Mimbar (púlpito) estructuras características de toda mezquita. Una particularidad de esta mezquita es la policromía que se distingue en su interior diferenciándola de las construcciones religiosas de tipo medieval donde imperaba la oscuridad dando la sensación de lejanía, distanciamiento entre el hombre y Dios. La luz y el color producen una impresión diametralmente opuesta, se percibe un Dios mas próximo al creyente, un Dios que ha trascendido en la historia para ubicarse en el contexto actual del humano, en otras palabras, la relación hombre-Dios se hace evidente a través del diseño arquitectónico.
Hoy día la Mezquita Omar Ibn Al Khattab no es ajena a los ajetreos diarios de los habitantes de la ciudad. El Adhan (llamado a la oración) es escuchado en todos los rincones de la localidad convirtiéndose en referente para las actividades cotidianas de los no musulmanes quienes con el llamado del Muaddhin (persona que convoca a la oración) relacionan períodos de la cotidianidad especialmente cuando se escucha el llamado del Ishá (última oración). A partir de éste, los saludos se cruzan deseando “buenas noches y feliz amanecer” entre los maicaeros, las puertas se cierran y las calles que horas antes bulliciosas, se suman en la tranquilidad y silencio para esperar un nuevo día…pero el minarete de la mezquita, no duerme. Vigilante, espera un mejor día, en silencio y expectante; espera el instante donde testificará ante Dios que, como musulmanes hemos cumplido con su mandato. Dios – Altísimo sea – nos dice en el Corán: “ Quienes tienen por costumbre y práctica donar y contribuir, lo hacen con agrado, sea de noche o de día abiertamente o en secreto, tienen la recompensa de su Señor y no les alcanzará temor por cuestiones de su futuro y tampoco tristeza por lo que no habrán podido conseguir”

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